¿A qué denominamos populismos?


¿A qué denominamos populismos?

TORCUATO DI TELLA, “Diccionario de Ciencias Sociales y políticas” 1989
“Este término se ha generalizado, sobre todo en América Latina, para designar movimientos políticos con fuerte apoyo popular pero que no buscan realizar transformaciones muy profundas del orden de dominación existente, ni están principalmente basados en una clase obrera autónomamente organizada”.


GALLEGO E; GIL, LORENZO; “Historia contemporánea de América Latina”.
“El concepto populismo hacer referencia a los gobiernos de América Latina que, entre 1930 y 1960, llevaron adelante políticas de nacionalización económica, y en cuyo discurso se enfatizaba el objetivo de promover el desarrollo con proyectos industrialistas como en los casos de México, Brasil y Argentina, apoyándose en la movilización de los sectores populares y de mejorar las condiciones sociales y laborales.
(…)Fue respuesta de ciertos sectores sociales a la crisis del orden oligárquico, a partir de la depresión de 1930”.


FRANCISCO WEFFORT, en Stonley, M; “El populismo en América Latina”.
“El populismo sería particular de América Latina y se habría dado en el momento histórico determinado por las consecuencias inmediatas de la crisis del 29 de la Segunda Guerra Mundial.
Surge de la necesidad de nuevos grupos dominantes que buscan apoyo de sectores amplios y que integran a las masas al juego político. Donde el Estado comienza a desplazar antiguas atribuciones que tenía la vieja oligarquía, que siguen presentes pero desplazadas del poder político”.


ROGER BARTRA: “Populismos y democracias en América Latina”.
(…) “Podría decir que el populismo es una cultura política alimentada por la ebullición de masas sociales caracterizadas por su abigarrado asincronismo y su reacción contra los rápidos flujos de deslumbrante modernización, una cultura que n momentos de crisis tiñe a los movimientos populares, a sus líderes y a los gobiernos que eventualmente forman. Puede comprenderse que una situación como ésta ha ocurrido en momentos históricos muy diversos. En América Latina surgió tanto durante lo que se ha llamado la crisis de los Estados oligárquicos como, más recientemente, tras el impacto de las poderosas tendencias globalizadoras”.

FREI, RAIMONDO; ROVIRA, CRISTOBAL; “El populismo como experimento político: historia y teoría política de una ambivalencia”.
“En toda sociedad, el sistema político intenta representar las distintas demandas particulares que surgen en el seno de la población y para ello fija una concepción ideal del orden capaz de agrupar la totalidad de intereses. La democracia es una de estas concepciones ideales… La definición de qué es la democracia y cuáles son los componentes que la caracterizan es una materia que genera amplios debates. En este sentido es que puede observarse en términos históricos una constante lucha por la democratización, es decir, por la modificación y ampliación de lo que se considera como un orden democrático.
Detrás de las luchas por la democratización suele ir de la mano el populismo, el cual viene a dar cuenta de la distancia entre el orden ideal y el orden existente. Visto así, el populismo refleja una ambivalencia que es propia de cualquier régimen político, ya que nunca se da una conjunción perfecta entre la pluralidad de los intereses existentes y el modelo de organización política que instala un Estado soberano. En otras palabras, el populismo puede ser concebido no sólo como reflejo de un déficit de representación, sino que también como un constante intento de articular demandas insatisfechas para modificar así el orden establecido…
De tal manera, el populismo no puede ser pensado como una malformación política. Más allá de sus malos modales, el populismo es una señal de que la democracia nunca es un  estado pasivo, sino que se trata más bien de una constante adecuación a las cambiantes demandas y valores de la sociedad”.




POPULISMO Y DEMOCRACIA.

Los elementos principales de la democracia son la libertad y la igualdad. Ambas no son siempre coincidentes. ¿Hasta dónde se abandona la democracia si se sacrifican algunos aspectos  de la libertad para lograr mayor igualdad?
IVÁN MOLINA GIMÉNEZ: “Democracia y populismo”.
A los populismos les precede un desarrollo democrático que ha sido suficiente para llevar a cabo la reforma social que la sociedad, o gran parte de ella, demanda.
En tales circunstancias, los cambios impulsados por esos regímenes populistas, aunque fueron la base de transformaciones fundamentales en diversos campos, no condujeron, en lo inmediato, a reforzar la democracia, sino a debilitar todavía más sus fundamentos legales e institucionales.
El populismo efectivamente posibilita la participación popular en la política, aunque decisivamente mediada por el apoyo al régimen y, en particular, a quien lo lidera.
Mediante un discurso por lo general nacionalista, apela a los intereses del pueblo y a los valores tradicionales. Los líderes populistas constituyen un imaginario colectivo dicotómico, que diferencia a los partidarios del régimen de sus opositores, cuyos recursos legales e institucionales son cada vez más reducidos.
Desde esta perspectiva, el populismo efectivamente posibilita la participación popular en la política, aunque decisivamente mediada por su apoyo al régimen y, en particular, a quien lo lidera.
ALCANCES Y LÍMIETES: Dado que el populismo constituye un proceso basado en sobrepasar sistemáticamente a las instituciones democráticas, la institucionalidad que crea, a raíz de su vinculación con la permanencia en el poder del caudillo, no favorece el desarrollo democrático.
El populismo transforma las sociedades en que predomina, pero lo  logra de una manera parcial y limitada, precisamente porque los procesos reformistas que promueve, en lugar de quedar vinculados con un reforzamiento de la institucionalidad democrática, se usan como formas de cogobierno dominadas por un  caudillo tendencialmente autoritario.
EL POPULISMO ES POR DEFINICIÓN GRADUALMENTE REFORMISTA, NO REVOLUCIONARIO. POR ESO, PESE A LAS CARACTERÍSTICAS AUTORITARIAS QUE PUEDA ASUMIR, NI ROMPE DEFINITIVAMNTE CON LA DEMOCRACIA, NI LEVANTA LA BANDERA DE LA REVOLUCIÓN, NI SE CONVIERTE EN UNA DICTADURA ABIERTA.

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